Observé mi alrededor, la gente estaba desesperada, los heridos
reposaban en las mesas, aquello era el infierno. Vi al que me ayudó venir hacia
mí. Me miró el brazo, tenía bastante mejor aspecto, y estaba totalmente suturada
la herida. Aunque he de decir que el azul, era un poco raro para los puntos.
Pero me quedaba hasta bien. La cabeza ya no me sangraba, y podía oír. Le
sonreí.
-Gracias.
-No tienes que darlas, solo he hecho mi trabajo. Soy médico.
Y estoy intentando ayudar a todos los que puedo en este momento.
Volví a sonreírle, pero al momento, esa mirada desapareció.
-Mi familia.....
-No pierdas la esperanza, hay mucho alboroto, quizás estén,
pero no los hayas visto. ¿Por qué no sigues buscándolos? Nunca te des por
vencido, ¿vale?
Me sonrió, me acarició la barbilla y se marchó a la mesa de al
lado. Yo asentí y me quedé observándolo. Me incorporé, pero por poco me caigo
por no conseguir mantener el equilibrio con las piernas. Me sostuve en pie. Y
caminé, observando a cada lado, todos los heridos que había, por si los veía. Pero
no había suerte. Me recorrí todo el bar, y cuando avanzaba hacía la entrada, lo
vi.
Continuar historia.
Continuar historia.
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